Akenatón, faraón egipcio aspecto extraño, ¿Tenía ADN extraterrestre?

Desde hace cierto tiempo, entre la comunidad de científicos que se dedican al estudio del Egipto Antiguo, surgió un interrogante en relación al origen de la humanidad . ¿Fueron los faraones de Egipcio híbridos extraterrestres? Se preguntan algunos con suma frecuencia; ¿Es posible que los seres humanos no sean originarios de la Tierra como algunos sugieren? Se consultan otros tantos.

Por su extraña forma de su cráneo, por sus avances de las construcciones arquitectónica y sin tecnología se podría decir que pueden ser alienigenas los faraones del pasado en Egipto……

En ese contexto cargado de incertidumbres, dudas y enigmas, existe una amplia masa de la sociedad que entiende que Egipto está lleno de misterios. La construcción de la gran pirámide o la antigua mitología genera situaciones que desconciertan a los eruditos, teniendo en cuenta que estaban muy adelantados a su época. Y Akenatón parece ser el apuntado, de cara a estudios que generan controversia.

Un tipo diferente

Neferjeperura Amenhotep, también conocido como Amenhotep IV o Amenofis IV; que después este se haría llamar Ajenatón, Akhenatón o Akenatón, fue el décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto. Este muchacho fue diferente, con respecto a todo lo conocido o estudiado, al menos hasta ahora. Hijo pequeño de Amenhotep III reinaría Egipto en el período 1353-1336 AC.

Justamente muchos consideran que Akenatón fue un Rey Extraterrestre. Para respaldar esta teoría que obviamente genera ruido, algunos investigadores se enfocaron en diferentes anomalías médicas singulares para explicar su apariencia. Entre esas anomalías se encuentran el extraño síndrome de Frohlich, el síndrome de Klinefelter, o el síndrome de Marfan. Pero la verdad es que los expertos no se ponen de acuerdo con cuál de esos males fue afectado. El pensamiento poco convencional sugiere que podría ser, de hecho, el resultado de una intervención extraterrestre y que su extraña apariencia y su no menos indecifrable forma de gobernar Egipto. Es, sin dudas, una indicación que podría apuntar a una conexión con otro mundo distante de la Tierra.

Los simbolismos del Antiguo Egipto muestran imagenes de personas de diferentes tallas

Rasgos a considerar

¿Cómo era específicamente su apariencia? Akenatón era distinto a todos los faraones que hasta hasta el momento se detectaron. Tenía ojos grandes muy alargados, un vientre muy abultado (como si se tratara de de una embarazada), pechos deformados como si fueran de una mujer; brazos muy largos y, lo más sorprendente, lucía un cráneo sospechosamente alargado.

Si bien se sabe fehacientemente que existieron otras civilizaciones humanas que visitaron la Tierra en la antigüedad, hasta la actualidad no se conoce ninguna que fuera de cráneos alargados.

Asimismo, al extraño joven lo apodaron el faraón rebelde por los grandes cambios religiosos que impulsó. Es que Akenatón decidió que se dejara el culto a los varios dioses que había y que se adorara a un único dios, el dios Atón. Tanto el extraño monarca como Nefertiti se proclamaron representantes absolutos del dios Sol de todo el planeta. Su símbolo era un disco solar con unos rayos que acogían a todo lo que había a su alrededor, que podría representar una nave extraterrestre. Tan fuerte era el culto de Akenatón, que mandó a construir la nueva capital llamada Ajetatón, una ciudad en la cual estaba hecha de múltiples patios y jardines adorando al dios Sol.

Todos los Faraones mandaban que los monumentos que fueran elevados en su honor fueran esculpidos luciendo fuertes e imponentes; en cambio, el llamado faraón rebelde, mandó que se le esculpiera tal y como lucía realmente, con ese cuerpo desgarbado, algo deforme.

En cuanto al misterio que envuelve a todos los Faraones del antiguo Egipto, tras un pormenorizado estudio se confirmó que su sangre era tipo RH Negativo. ¿Acaso es el Grupo Sanguíneo RH Negativo igual a Patrimonio Alienígena? Es un gran misterio, que por el momento no se ha logrado dilucidar, pero que parece ir en ese sentido. Entonces, a partir de esas consideraciones, ¿es posible que la momia de Akenatón se haya mantenido oculta ya que es una evidencia del contacto extraterrestre, ocurrido en tiempos del Egipto Antiguo? Si bien los cuerpos de muchos faraones y miembros de sus familias se conservaron casi perfectamente, jamás se encontró ninguna momia de Akenatón. Mucha gente piensa que no pudimos encontrar en la momia de este rey, ya que reescribiría totalmente la historia y el origen de la humanidad y el Antiguo Egipto, tal cual como la conocemos.

Los cambios religiosos que impulso

Por qué Akenatón rompió las tradiciones politeístas de su floreciente reinado en el Antiguo Egipto e instauró un culto a un dios único? Todo se inició con una visión mística. O mejor dicho, con una aparición de un objeto luminoso que le revela que debe ser la nueva religión para su nación. Según cuentan los relatos antiguos, durante una cacería del león el faraón Akenatón, tuvo un encuentro con un “disco solar resplandeciente”, posado sobre una roca.

Akenatón se postró de rodillas ante el disco, quedó traspuesto y empezó una nueva era. Según los teóricos de los antiguos astronautas este disco solar no es más que una nave extraterrestre en la que viajaba un emisario de Enki, una autoridad estelar superior que le dio las instrucciones requeridas para erradicar el politeísmo e iniciar el culto monoteísta. ¿Por qué tanta insistencia? El culto religioso genera un miedo a los designios de un dios único, quien dicta las pautas a seguir en lo concerniente a su adoración, y es allí donde está el peligro, ese sentimiento de fe ciega que genera la veneración a un dios único para la raza humana.

Amenofis era por entonces un joven monarca de la dinastía XVIII que no contaba con los triunfos y las conquistas de sus antepasados. Su carácter era más pacífico y contemplativo. Sin embargo, pasó a la historia por hacer algo que ningún otro faraón anterior a él, se atrevió a hacer, ni siquiera a imaginar: derrotar a los viejos dioses y poner en su lugar al “bendito y gozoso Atón”, un nombre que no era nuevo en el panteón egipcio.

De hecho, en una inscripción de la dinastía XII se puede leer: “El subió al cielo y se fundió con Atón, el cuerpo del dios que lo había creado”. Se avecinaba una revolución religiosa en toda regla como jamás se había visto en Egipto, a la que la historia oficial y la iglesia reconocen históricamente como la “herejía de Amarna”.

En fin, sea como sea, Egipto siempre seguirá siendo un gran misterio y una fuente inagotable de teorías, las cuales acaban llevando al final a la idea de que en la antigüedad pudo haber habido vida extraterrestre en la tierra. Seguiremos tras la pista…

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