La Tisigua, Demoníaca Tentadora

(UFOvni.org) La Tisigua, Demoníaca Tentadora. El nombre “Tisigua” proviene de un dialecto más antiguo de la lengua zoque y significa “Mujer de fuego”. El “fuego” en este caso proviene del erotismo o sensualidad excesiva.

Para los zoques, esta entidad sobrenatural es considerada una mujer yoki, o extranjera, y en ocasiones es apodada en los tiempos modernos, “Mala Mujer” o “Bad Woman”. La Tisigua es conocida en otras regiones de Chiapas como Tishanila. Se la encuentra en los caminos o en las pozas de los ríos, con su larga cabellera expuesta para provocar a los hombres que no se han portado bien socialmente y se han alejado de sus familias.

Se dice que esta entidad fue creada por los mayores en una época anterior a la llegada de los españoles, para que los jóvenes no anduvieran de juerga y descuidando sus responsabilidades. Hace muchos siglos, el Tisigua aparecería a orillas de lo que ahora se conoce como el río Sabinal, cerca de la moderna ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

En esos días el río tenía hermosas aguas cristalinas y los jóvenes se quedaban largas horas bañándose en las hermosas pozas que se formaban junto a los gruesos troncos de los ahuehuetes. A veces, pasar cualquier cantidad de tiempo en las aguas tenía un efecto intoxicante y los bañistas veían a Tisigua, una mujer hermosa que les causaba el mal conocido como Kojamtokoyo, que se traduce vagamente como «perder los sentidos o la capacidad de razonar«.

Un incidente típico de un encuentro con Tisigua sería así:

Cualquier hombre zoque, al pasar junto a una poza, cuyas aguas puras y claras se refrescaban a la sombra de algún ahuehuete, siente una extraña compulsión por descansar y bañarse en sus aguas. Mientras nada, escucha el aplauso de manos detrás de él, pero rápidamente se vuelve hacia la orilla solo para ver que los pastos se mueven como si alguien que lo estaba espiando se escondiera.

Luego, estando aún en el agua vuelve a escuchar los aplausos, esta vez acompañados de un silbido a modo de invitación, y casi de inmediato emerge de las aguas frente a él, vestida en una túnica de gasa transparente mostrando un hermoso cuerpo. Abrumado por esta imagen divina, el hombre se siente inmediatamente atraído por esta mujer misteriosa y comienza a nadar vigorosamente hacia ella sin poder alcanzarla.

Para cuando llega a la orilla, la bella mujer ya está fuera del agua y detrás de un tupido ahuehuete. Intenta seguirla, pero esta intrigante mujer, moviéndose como una serpiente, se desliza entre la maleza a pesar de las espinas y ramas que abundan más allá de la orilla, sin lastimarse. En cambio el pobre sigue cayendo y levantándose entre los espinos y los matorrales con el peligro añadido de pisar una serpiente.

Su mirada está clavada en ese bello rostro que le sonreía, en esos ojos que le guiñaban un ojo. Eventualmente alcanza a Tisigua y ella le permite abrazarla y besarla. Al cabo de un rato, la malvada mujer vuelve a meterse en su piscina con el hombre siguiéndola. Parcialmente en el agua, la Tisigua comienza a dar vueltas y pronto el giro se vuelve tan rápido que hipnotiza a su víctima.

Mientras tanto, la malvada hechicera se ríe del hombre y se da palmadas en los muslos, celebrando su triunfo. Él, queriendo defenderse de ella, grita para reclamarla, pero no logra articular las palabras para hablarle con claridad. Mientras él tartamudea estupefacto, idiota, mirando al vacío, ella, la malvada, la enloquecedora, desaparece entre los árboles.

Desde el momento de su primer encuentro los hombres pierden la razón para siempre, comienzan a caminar con la mirada perdida y la boca abierta, tambaleándose sin rumbo fijo. Ningún sanador puede salvarlos, y la iglesia no puede ayudar, incluso si piden perdón. El hombre alterado para siempre termina pidiendo comida de casa en casa, queriendo ver en cada persona que lo ayuda, ese bello rostro que le sonreía y esos ojos que le guiñaban, esperando encontrar las mágicas causas de su locura.

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